Hoy en día es muy fácil oír hablar de consumo responsable, es un concepto de uso común en casi todos los sectores de la sociedad, y aparece en medios de comunicación, en tertulias, en la escuela, en los talleres ofertados desde el ayuntamiento...Pero, ¿nos hemos puesto a pensar que significa exactamente el consumo responsable?, ¿Consumimos con responsabilidad en nuestra vida cotidiana? o consideramos que es un término tan alejado de nuestra realidad diaria como cualquier otro con el que nos estén bombardeando.
Consumir responsablemente, implica mirar y controlar día a día nuestra cesta de la compra, el uso y abuso que hacemos del agua, del gas o de la electricidad, no solamente porque nos cueste dinero, sino porque cuesta a todo el planeta, cada vez que alguien hace un consumo irresponsable o excesivo de un recurso que es de todos, otro alguien se está quedando sin él; cuando en verano todos ponemos al mismo tiempo ese aire acondicionado que tanto nos gusta, y gracias al cual podemos estar en casa con chaqueta en el mes de agosto; se producen apagones en las grandes ciudades, no hay suficiente potencia para la demanda de ese momento, y se apagan neveras, o lámparas, o se baja la potencia de la luz en hospitales ¿es responsable nuestro consumo?. Cuando fregamos y dejamos el grifo abierto durante toda la tarea, estamos restando agua para regadíos o para consumo en otras zonas del país o del mundo en la que el agua es más escasa ¿es entonces responsable nuestro consumo?
El compartir los recursos, el colaborar para que lo que tenemos llegue a todo el mundo por igual, es una filosofía de vida, es trabajar por la Igualdad de Oportunidades, por el equilibrio entre los derechos y los deberes de todos y todas los y las habitantes del planeta; y para dejar a nuestros hijos e hijas un mundo por lo menos tan bueno como el que nosotros y nosotras nos encontramos, ya que va a ser difícil dejárselo mejor.
Consumir responsablemente, implica mirar y controlar día a día nuestra cesta de la compra, el uso y abuso que hacemos del agua, del gas o de la electricidad, no solamente porque nos cueste dinero, sino porque cuesta a todo el planeta, cada vez que alguien hace un consumo irresponsable o excesivo de un recurso que es de todos, otro alguien se está quedando sin él; cuando en verano todos ponemos al mismo tiempo ese aire acondicionado que tanto nos gusta, y gracias al cual podemos estar en casa con chaqueta en el mes de agosto; se producen apagones en las grandes ciudades, no hay suficiente potencia para la demanda de ese momento, y se apagan neveras, o lámparas, o se baja la potencia de la luz en hospitales ¿es responsable nuestro consumo?. Cuando fregamos y dejamos el grifo abierto durante toda la tarea, estamos restando agua para regadíos o para consumo en otras zonas del país o del mundo en la que el agua es más escasa ¿es entonces responsable nuestro consumo?
El compartir los recursos, el colaborar para que lo que tenemos llegue a todo el mundo por igual, es una filosofía de vida, es trabajar por la Igualdad de Oportunidades, por el equilibrio entre los derechos y los deberes de todos y todas los y las habitantes del planeta; y para dejar a nuestros hijos e hijas un mundo por lo menos tan bueno como el que nosotros y nosotras nos encontramos, ya que va a ser difícil dejárselo mejor.
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